1. No uses los componentes eléctricos con el motor apagado. Dejar las luces encendidas o la radio puesta sin arrancar el motor es un error muy común. Esto agota la batería rápidamente y puede dejarte tirado.
2. Mantén los bornes limpios. Si ves una capa blanquecina o azulada alrededor de los bornes, es corrosión. Límpialos con un cepillo de alambre y una mezcla de agua y bicarbonato de sodio. Unos bornes limpios garantizan una buena conexión.
3. Evita trayectos cortos y arranques frecuentes. El coche consume mucha energía al arrancar y no la recupera si el trayecto es demasiado corto. Si solo haces trayectos cortos, la batería nunca llega a cargarse por completo.
4. Comprueba el voltaje regularmente. Puedes hacerlo con un simple voltímetro. Una batería en buen estado debe marcar entre 12,6 y 12,8 voltios. Si la lectura es inferior a 12 voltios, es una señal de que la batería está perdiendo fuerza.
5. Protege la batería del frío extremo y del calor. Las temperaturas extremas son el peor enemigo de una batería. El frío reduce su capacidad de arranque, mientras que el calor acelera la corrosión interna.
6. Usa un cargador de batería inteligente. Si dejas el coche parado mucho tiempo, usa un mantenedor de batería. Lo enchufas a la corriente y se encarga de mantener la carga óptima para evitar que se sulfate.
7. Si vas a estar mucho tiempo sin usarlo, desconecta la batería. Si te vas de vacaciones o no vas a usar el coche durante un mes o más, desconecta el borne negativo de la batería para evitar que se descargue por completo.
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